Reseña de The Killer’s Game: una basura de los años 90 con un toque moderno

El asedio a la memoria

En un mundo donde la vida es una suerte de juego, donde la muerte es un obstáculo que se puede saltar, «El juego del asesino» es una película que intenta atraer la atención del espectador con su premisa apasionante y su trama llena de giros y vueltas. Pero, ¿qué pasa cuando la narrativa se convierte en un juego de ajedrez, donde los personajes son peones que se mueven según las reglas del guionista?

Dave Bautista, en el papel de Joe Flood, un asesino a sueldo con una conciencia limpia, nos muestra su lado más suave en un thriller de acción que promete más de lo que entrega. La película tiene un ritmo rápido y las escenas de acción son bien coreografiadas, pero es difícil encontrar algo que realmente haga que la trama sea interesante.

La subtrama romántica, que promete un romance vertiginoso entre Flood y Maize (Sophia Boutella), es un ejemplo perfecto de cómo la película se enfoca en el lado más superficial de la trama. La pareja tiene un químico que funciona, pero el diálogo es pobre y la trama es débil.

El director JJ Perry, en su segundo largometraje, demuestra una habilidad para manejar las escenas de acción, pero se siente fuera de su elemento cuando se trata de la narrativa y los personajes. La película es como un puzzle que no se puede completar, con piezas que no encajan bien y una falta de profundidad que es difícil de ignorar.

Pom Klementieff y Terry Crews tienen papeles menores, pero no son suficientes para salvar la película de su falta de profundidad y su narrativa débil. Ben Kingsley, en el papel de un amigo y facilitador de Flood, es un destacado en un papel que podría haber sido más relevante.

En el final, «El juego del asesino» es una película que promete más de lo que entrega. Aunque tiene algunos giros y vueltas interesantes, la trama es débil y la narrativa es pobre. La película es un ejemplo perfecto de cómo la falta de profundidad y la narrativa débil pueden hacer que una película sea más bien una película de palomitas de maíz que una película que realmente vale la pena ver.